Si hay una lección que debemos tener bien aprendida cuando vamos a
firmar un contrato o acuerdo es negociar concienzudamente todas y
cada una de las cláusulas, analizando los pros y los contras de cada
una de ellas.
Esta
tarea resulta más fácil si quienes negocian comparten intereses,
por ejemplo: dos partidos políticos negocian un pacto de gobierno
municipal, la razón dice que les resultará más fácil llegar a
acuerdos si buscan el interés del municipio y no el suyo particular.
En
el caso de mi municipio dos partidos políticos, Partido Popular y
San Borondón, hicieron un pacto en el que una de las partes, San
Borondón, impuso sus condiciones mientras la otra, Partido Popular,
se limitó a firmar, callar y otorgar.
Las
consecuencias de esta dejadez por parte del interesado en hacer un
pacto que le asegure su permanencia en la tan ansiada silla del
consistorio municipal, ha hecho que siete concejales del Partido
Popular limiten sus tareas de gobierno a plantar flores en las
rotondas o a reciclar tréboles para adornarlas, mientras el único
concejal que representa al partido San Borondón se ocupa de las
tareas de gobierno y cumplir con su programa electoral.
Es
difícil de entender cómo llegamos a una situación. Los vecinos y
vecinas del municipio respaldan con su voto la representación de un
partido político para la defensa de un programa electoral, pero se
acaba dando fiel cumplimiento al de otro partido que no ha tenido
tanto apoyo. Si aplicamos la lógica no cabe otra explicación que el
ansia de poder, donde el interés general queda descartado a cambio
de un bonito despacho y una foto plantando flores en una rotonda.
Este
“descuido” del Partido Popular a la hora de pactar con su socio
de gobierno, San Borondón, no pasa desapercibido. Son varias las
ocasiones en las que el Teniente Alcalde, Jerónimo Robayna, recuerda
en las sesiones plenarias que va a dar fiel cumplimiento a su
programa electoral mientras, el Alcalde, Francisco Hernández y el
resto de sus concejales, hacen tremendos esfuerzos por no agachar la
cabeza y decir “sí, bwana”. Entiéndase el uso de esta expresión
con todos los respetos, no vaya ser que conste en acta mi
predilección por el uso del un lenguaje popular, que no soez o
vulgar y mucho menos con ánimo de ofender.
La
última batalla emprendida, y por supuesto ganada, por el Teniente
Alcalde fue la del mercadillo “La Tiñosa, el sabor de la
tradición”. Mientras organizadores, empresarios y participantes
disfrutaban por fin de la gran acogida que estaba teniendo su
iniciativa de apostar por los productos locales y la cultura popular,
e incluso celebrando la Concejal encargada del área, Nerea Santana,
su acierto a la hora de contar con ellos para dinamizar la zona de la
Tiñosa, el Señor Jerónimo Robayna se limitó a negar su apoyo a la
misma porque no encaja en su “programa electoral”. A nuestro
Teniente-Alcalde le cuesta mucho entender que, además de la suya
existen otras muchas propuestas igual de válidas e incluso mejores
que las suyas.
Lo
peor de toda esta historia es como el Partido Popular hace oídos
sordos y da la espalda a los reclamos de quienes en su momento
confiaron en ellos y ellas, todo por salvaguardar un pacto de
gobierno que con estas actitudes perjudica a muchos y beneficia a
pocos y si a la oposición se le ocurre apoyar esta iniciativa con
una moción, como fue el caso, encuentran la manera de hacer un uso
torticero de la mayoría que les da ese nefasto pacto de gobierno y
la retiran con artimañas poco éticas y morales.
No
me voy a permitir disculpar esa forma de proceder del Partido
Popular, aunque sé que es difícil discernir lo correcto cuando no
paran de dar vueltas a una rotonda mientras buscan la isla perdida de
San Borondón.
Saray Rodríguez Suárez
Concejala del PSOE de Tías
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